lunes, 21 de enero de 2013

ESCONDIDOS EN BRUJAS (2008)

 Ray (Colin Farrel) y Ken (Brendan Gleeson) son dos sicarios que se ven obligados a esconderse en Brujas después de acabar su último trabajo, no con buenos resultados. Mientras esperan la llamada de Harry, su jefe (Ralph Fiennes), se dedicaran a hacer un poco de turismo por esta ciudad tan variopinta, ya por sus edificios como por sus habitantes.
Como decía en la intro, ésta es una película difícil de clasificar, ya que toca muchos géneros a la vez, y además, lo hace eficientemente: Al principio tiene apariencia de thiller, aunque gracias a unas buenas pinceladas de comedia brittish, pasa a convertirse en una más que decente tragicomedia.
Lo más parecido seria compararla con las primeras películas de Guy Ritchie (Snatch, o Lock&Stock), aunque se diferencia en un punto muy importante. El señor Ritchie deja caer casi todo el peso de sus películas sobre unos personajes de lo más carismáticos, de lo que luego se resiente todo el conjunto. En Escondidos en Brujas es al revés: casi todo el peso de la película recae sobre el guión, y los personajes, aunque muy bien interpretados, no absorben toda la dinámica, sino que son las situaciones, ya que los dos sicarios tienen puntos de vista muy diferentes de su estancia en la ciudad belga: Ken mucho más positivo y Ray lo ve más como un descenso a los infiernos.
Es una muy buena película. Enseguida simpatizas con los personajes, tanto con el veterano Ken como con el alocado a la vez que depresible Ray, y las situaciones entre ellos y los habitantes de la ciudad llega a ser en momentos desternillantes, sobretodo cuando se interponen el alcohol y las drogas. Los secundarios también están de lo más conseguidos, sobretodo el “menudo”, e incluso se podría hablar de otro personaje más cuando nos referimos a la ciudad. Bien se podría haber rodado esta película en el extrarradio de Londres o Nueva York, pero la verdad que Brujas le da un toque diferente, como de “cuento de hadas”
El guión es más que redondo y la trama, aunque a veces puede parecer lineal, poco a poco nos van dando pistas de lo que suponemos que va a pasar, llevándonos así a un final, que aunque no es una exageración de clímax, la verdad que está muy bien y es un digno punto final a la historia. Técnicamente está muy bien rodada, aprovechando todos los rincones más reconocibles de la ciudad, ofreciéndonos unos planos bastante paisajísticos. Cuando se centra en la acción, la ambientación también es muy sugerente, con persecuciones bien rodadas.


Lo único malo que se podría decir es, parafraseando a Harry que: “Brujas está en Bélgica”

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