lunes, 8 de abril de 2013

ANTIVIRAL

En un futuro no muy lejano, es tal la pasión por las "celebrities" que existen clínicas que venden enfermedades padecidadas por los famosillos, para que los locos fans se las inoculen y las padezcan en sus propias carnes. 
Syd March trabaja en una de estas clínicas, pero a la vez trafica con ese producto en el mercado negro, hasta que se ve metido en un pequeño problema con una muestra recogida de una de las más carismáticas celebrities del momento.....

No ha debido ser fácil para Brandon Cronemberg. La presión de saberse sometido al escrutinio de miles de miradas comparando lo que será su primera película con toda la filmografía de su padre. Pero desde luego a pasado el exámen, y además con nota. Porque Antiviral, aunque no se si intencionadamente, tiene aires de Videodrome y es tan enfermiza como Crash. Todo lo que se tocaba en esas pelis sobre "la nueva carne", en Antiviral lo vemos patente en las carnicerias donde venden cultivos musculares de los famosetes, o sobre las cicatrices, en la adiccion del público a los herpes o sarpullidos.

Pero dejemos de hablar del pasado y pasemos al presente, o al futuro que tiene Caleb Landry Jones como protagonista, ya que lleva todo el peso de la película de una manera sorprendente, creando un personaje enfermizo, pero a la vez enigmático y lleno de fuerza. En cierta manera, como si fuera aquél Alex DeLarge de La Naranja Mecánica (a la que tambien se le homenajea con la aparición de Malcom McDowell), pero actualizado, más intimista y egocéntrico (Sid no necesita de sus drugos), pero igual de cautivador.

La primera parte de la película es muy buena, la presentación de Sid y de la sociedad en la que vive, los planos en la clínica son geniales, pero obviamente, también la película tiene sus puntos débiles, y es que pasada la mitad del metraje, el guión empieza a ser algo confuso y menos directo que al principio, y la trama se resiente. Sobretodo al pasar la acción a otros escenarios más amplios, con más variedad de personajes, ahí vemos a un Brandon Cronemberg un poco más patoso al filmar y dirigir escenas con variedad de personajes con texto.

Pero desde luego es un soplo de aire fresco en el nuevo cine fantástico, y un nuevo director al que habrá que seguirle la pista. Por compararla con algo que os resultara familiar, la podriamos poner al nivel de algunos capítulos de Black Mirror, ya que el futuro que nos plantean tanto la serie como la película no es muy lejano, y tanto los gadgets como las situaciones son de lo más verosímiles a largo plazo.


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