Frank está harto. No soporta a sus vecinos, se ha quedado sin trabajo, su hija (que vive con su madre y su nuevo novio) no le hace ni caso, está viendo como la sociedad se está hechando a perder entre programas de telebasura, y para colmo le acaban de diagnosticar una enfermedad terminal. Por eso, como no tiene nada que perder, decide asesinar a las estrellas televisivas, y para ello contará con la ayuda de una joven de 16 años también harta de este mundo....
God Bless América, o como se llamó aquí: Armados y Cabreados, es toda una patada en las pelotas del sueño americano. Una crítica brutal, atrevida y sugestiva a lo que está pasando desde hace algún tiempo en los medios de comunicación, que sólo consigue crear "héroes" de papel maché con los que anestesiar a la sociedad, con la consecuente perdida de valores que tanto costó conseguir hace unas cuantas décadas. Unos tiempos los actuales donde se sigue más a una pandilla de jóvenes manoseandose en Gran Hermano que a cualquier pensador con algo interesante que exponer. El opio del pueblo.
La idea que plantea no es nueva, si bien ya lo hizo antes Oliver Stone con su Natural Born Killers (Asesinos Natos). Aquí Bobcat Glodthwait (escritor y director) nos plantea la película como un par de cruzados en busca de la moralidad, aunque a veces se desdibuja un poco, porque conforme avanza la película no sabe exactamente que camino cojer, si el de la relación entre la pareja o el de la crítica efusiva. También peca de que cae un poco en la repetición en un estilo bastante videoclipero en las escenas de los asesinatos. Pero consigue también unos diálogos de bastante calidad y que daran que pensar a más de uno. Aún con esas no le sale mal del todo, aunque tampoco podría estar de acuerdo en esa idea tan fascista de combatir la ignorancia con el asesinato.
Pero sin duda si algo consigue la película es provocar. Todos más o menos nos hemos sentido un poco como Frank, asqueados ante tanta telebasura que se retrofagotiza de manera alarmante, y que tiene anestesiada a una gran mayoria de la población. Y aunque la provocación sea más o menos gratuita disfrazada de moralidad, la verdad que se agradece un tipo de película así, diferente, aunque por estas latitudes haya pasado directamente al mercado del dvd
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