Brian McNeil es un joven cámara que es contratado por el profesor Coupland (Jared Harris) para que filme la investigación que está llevando a cabo: comprobar que las supuestas manifestaciones demoniacas no son más que una justificación de los poderes telequinéticos de los supuestamente poseidos.
Muchas ganas le tenía a esta película, ya que se trata de la tercera referencia que lanza la Hammer al mercado tras un largo parón, y con signos de un evidente buen hacer, ya que sus anteriores productos, Let me in y The Woman in Black son películas de calidad contrastada y que han recibido aplausos tanto de público como de crítica. En esta ocasión han decidido rendir un cierto homenaje a la decada de los 70's, una época muy fructífera en lo referente a cine de terror. La ambientación está muy conseguida, es por ese motivo que cuando la estás viendo tienes la sensación de estar ante un refrito de decenas de películas de género.
El problema en The Quiet Ones es que su director, John Pogue (Quarantine 2) no ha sabido otorgarle nada fuera de lo común a la película. El ritmo es más bien pausado, y el guión va a trompicones, intentando justificar todos los hechos que van ocurriendo, hechos que tampoco son nada originales, ya que se limitan a sustos mediante efectos de sonido y ambientación. Luego en su desenlace, es más de lo mismo, sube el nivel de los efectos especiales, pero la historia están tan acribillada que ya sabes como va a acabar antes de que llegue ese momento, por lo que el supuesto elemento sorpresa desaparece al instante.
Resumiendo, que la Hammer lo intenta y tiene buenas ideas. Una película de posesiones ambientada en los 70's no es mala idea y ya lo vimos con The Conjuring. Quizás su error ha sido escoger a un director que no haya sabido aportar algo diferente, y un reparto que excepto Jared Harris tampoco saben estar a la altura del proyecto. Una mala película que cuenta lo de siempre y de la misma manera, y que tampoco funciona como homenaje del género. Una lástima.
0 comentarios:
Publicar un comentario