Es buena, pero muy buena, la primera película de su director James Watkins. Una historia escalofriante, de cómo se te puede torcer el dia de la manera más tonta. Todo un ejemplo de que el horror y el terror estan ahí presentes, en cualquier ambiente, incluso en el más cercano.
Steve y Jenny deciden pasar un fin de semana romántico en Eden Lake, un lago paradisíaco en las afueras de Londres. Pero su estancia se ve enturbiada por la presencia en la zona de un grupo de chavales, que les harán pasar una estancia inolvidable.......
La segunda parte de la película tiene un ritmo frenético, no decae en absoluto. El cambio de registro de Jenny es espectacular. Y es en la parte final donde llega el horror de verdad, el que no se ve (de hecho Watkins lo deja fuera de plano, como hacia Haneke en Funny Games) el que da un golpetazo en la mesa y te plantea la pregunta: ¿estamos educando bien a nuestros hijos? ¿quién es el culpable de todo lo que ha pasado?
La verdad que es un sorpresón de película, que ya la tenia pendiente desde hace tiempo (es del 2008) y viendo lo que llegó después (Attack the Block, o Cherry Tree Lane) un pistoletazo de salida a esas pelis de terror donde los chavales han pasado de ser víctimas a ser verdugos.
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