miércoles, 5 de junio de 2013

SYNECDOCHE, NEW YORK

La verdad que la distribución cinematográfica de este país es para ponerse a llorar. Cada fin de semana hay estrenos de películas ya estrenadas hace dos o más años en otros países. Y si no, hay películas que ni siquiera llegan a estrenarse, como Synedoche New York, que la pude disfrutar en Sitges 2008, y de la que ha salido 5 años después directamente a DVD


Caten Cotard (Phillip Seymour-Hoffman) es un mediocre director teatral que no ha conseguido salir todavía del círculo amateur, por muy mal que a él le sepa. Pero es cuando que le detectan una enfermedad terminal que decide invertirlo todo y crear su obra magna  y por la que será recordado. Alquilar una inmensa nave, decorarla como su Nueva York de la infancia, y dirigir una obra que representa todos los momentos de su vida. 

Después de darse a conocer con tres guiones de auténtico lujo contemporaneo como son los de Como ser John Malkovich, Adaptation, el ladron de Orquideas, o Olvidate de Mí, Charlie Kaufman se embarcó en un complicado viaje en solitario con esta película. Porque aunque la idea es buenísima, el guión es bastante enrevesado (que no quiere decir malo) y deja a las otras tres como auténticos juegos de niños.

Sobretodo Synecdoche es una oda a la estructura narrativa. Aunque también un viaje al mundo del protagonista, al amor y al odio, a su miedo a la muerte, tratado todo con muchísima inteligencia y ningún tipo de banalidad, donde Seymour-Hoffman quizás interprete a uno de sus mejores personajes después de aquél de "La última noche".  La película se parte instintivamente en 3 actos claramente diferenciados: un primer acto "realista", donde Coten hace frente a varios problemas personales, el segundo acto, el del desarrollo de la obra de teatro, es increiblemente "surrealista" y una auténtica maravilla, para terminar en un tercer acto completamente "lírico" y denso. 

Seguramente no gustará a todo el mundo, y de ahí que no se haya estrenado comercialmente. Es una peli muy difícil y densa, pero a algunos se les ha privado de disfrutarla en pantalla grande y es una pena. Quizás si la película la hubiera dirigido Spike Jonze como en un principio estaba planteado (la historia sale de una conversación entre el guionista y el director) hubiera tenido otro empaque, ya que Spike es bastante más visual y atrevido que un principiante Kauffman.

Aún así, si os gustaron otras películas guionizadas por él, o incluso otra muy parecida en el continente como Magnolia, os encantará. Aunque aquí no hay colofón con lluvia de ranas, el cierre es magnífico. Un monólogo espectacular con él mismo, y al final un silencio roto por una simple palabra.......Muere







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