Lars es un famoso pintor danés en horas bajas, que se traslada a Canadá como profesor de arte en una modesta academia de arte de una pequeña localidad. Allí tendrá como alumno a Eddie, un tipo introvertido pero con una extraña afición: pasearse sonámbulo por el pueblo y comerse el primer bicho viviente que encuentre......y despertará en Lars algo que llevaba dormido mucho tiempo, su inspiración para pintar........

Pero es una película fría, nada de raro si hablamos de una producción danesa-canadiense. Apoyada por una fotografía notable que nos traslada a los parajes más gélidos de Canadá, y a un elenco de actores comunes, poco conocidos. El guión es correcto, planteandonos la película como una buddy movie donde dos compañeros sin aparentemente nada en común comparten la misma pasión hacia la sangre. Quizás en algunos puntos el guión pudiera parecer forzado y el devenir de los acontecimientos bastante predecible, aunque se le puede perdonar este ligero fallo gracias a la originalidad de la propuesta y a que tiene cierto ritmo que hace que no decaiga el interés.

Concluyendo: Eddie es una película algo predecible, aunque agradable de ver. Boris Rodriguez se decanta más por la comedia que por el terror, aunque veremos alguna amputación o algún ataque, todo se ha filmado desde una cierta distancia, lo que hará esta película apta para algunos estómagos sensibles.
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