Un pequeño pueblo costero de Irlanda está siendo amenazado por una extraña criatura alienígena sedienta de sangre. Una policía de reemplazo, un oficial eternamente borracho y un científico tratarán de detener la invasión, y sólo dispondrán de un arma, el conocimiento de que los vampíricos alienígenas no soportan el alcohol en la sangre...
El problema de Grabbers es que le falta mucha más mala leche, y quizás por eso no ha trascendido como si lo hicieron sus vecinas Attack The Block o Zombies Party, por ejemplo. No hay crítica, pocos tacos, y el humor es demasiado blanco y correcto. Pero tampoco está tan mal. Es mejor visionarla como un homenaje a aquellas películas de criaturas ochenteras, como por ejemplo Temblores o Aliens (palabras mayores). La evolución de la criatura, desde que es un huevito, el como va creciendo hasta que se vuelve adulta, el descubrimiento de su punto débil, y luego la madre de todas las batallas, nos hará revivir sensaciones que tuvimos hace unos cuantos años.
Lástima que no aguanta un visionado nocturno, por lo que he comentado antes. Yo tuve la suerte de verla una tarde de sobremesa, y se disfruta mucho más. No exige y da buenas sensaciones a cambio. Habrá que seguir al director.....
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