La nueva película infantil de estas navidades nace en la compra de la Marvel por parte de Disney hace ya unos años, y la idea de producir juntos una cinta de animación adaptando uno de los comics de la editorial de 1998. Un cómic original un poco más adulto, pero a la que la Disney y John Lasseter (ex-Pixar) como productor ejecutivo, han sabido adecuar al estilo propio de la compañia.
Hiro Hamada es un joven prodigio de la robótica a sus 14 años, y bien asesorado por su hermano Tadashi, consigue ingresar en el Insituto de Investigación Tecnológica más potente de San Frasokyo. Tras un terrible accidente, Hiro hereda de su hermano el proyecto en el que éste estaba trabajando, un asistente sanitario llamado Baymax. Pero cuando el joven sospecha que podría haber alguien tras el accidente, un villano con una máscara de Kabuki (teatro japonés), decide usar a Baymax para algo más. Una notable actualización, y una mejor adaptación de los trabajos de sus colegas de instituto, los jóvenes pasarán a ser algo más que simple estudiantes...se convertirán en los Big Hero 6
Desde hace unos años, las películas animadas de Disney me dejan un tanto frío tras su primer visionado. Supongo que será porque irremediablemente las comparo con películas de Pixar, y en ese sentido, salen perdiendo. Aunque he de reconocer que meses después y tras adquirlas en bluray y darle una semana de visionados en casa junto a los peques, los últimos trabajos de Disney como
Rompe Ralph o
Frozen terminan gustándome demasiado.
Big Hero 6 tiene dos partes bien diferenciadas y que marcan la coalición entre las dos productoras. Por un lado, la primera parte es 100% producto Disney, y donde se aporta una mayor carga emocional, sobretodo en la relación entre Hiro y Tadashi, hermanos huérfanos que ahora viven con su tia Cass. Y tras la aparición de Baymax, la película gana muchisimos enteros. El robot se convierte en el verdadero alma mater de la película, aportando dosis de ternura y el contrapunto cómico que hace que los más pequeños disfruten con el grandullón hinchable.
Y cuando entramos en el meollo de la película pasa Marvel a la acción: Hiro, como si de un pequeño Tony Stark se tratara, se pone al frente del proyecto diseñando los trajes de sus compañeros y convirtiendo a Baymax en un superhéroe mucho más ágil y fuerte, y con la capacidad de volar. Esta fase de la película es puro entretenimiento y acción, como si de unos pequeños Vengadores se tratara (bueno, quizás no nos pasemos), y además contiene algunos guiños para los fans, como el ya típico cameo de Stan Lee. Aunque sigue padeciendo de los males de las películas de la Marvel, como es el centrar toda el argumento en los superhéroes y dejando al villano poco definido y falto de carisma.
Como resultado, tenemos una película de acción 100% recomendable para todos los públicos, desde los padres que crecimos con Comando G o Mazinger Z, hasta los más pequeños que se verán reflejados en algunos de sus seis superhéroes favoritos. La animación está a un gran nivel, con todo lujo de detalles, sobretodo en los fondos. Y el diseño de los inventos y robots, como los del inicio de la película, son excelentes. La banda sonora no es nada del otro mundo, tirando mucho de sentimentalismo o de épica, sólo destacable los momentos de Kabuki, donde se vuelve más oscura y apreciable, gracias en parte por la ausencia de diálogos del villano.
Padres, preparad vuestros bolsillos, porque Disney a vuelto a dar en la tecla, y los que el año pasado os arruinasteis con las princesas Elsa y Ana, este año viene un grandullón blandengue dispuesto a arrasar con todo. Y es que Baymax, aunque hable poco, es un personaje adorable, y como dicen en la película...totalmente achuchable.
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