Veintidós años después de lo ocurrido en Jurassic Park, la isla Nublar ha sido transformada en un parque temático, Jurassic Wold, con versiones «domesticadas» de algunos de los dinosaurios más conocidos. Pero como todo negocio busca beneficios, y ante la estanqueidad de sus visitantes, diseñan un nuevo especímen a partir de distintos genomas de dinosaurios y animales, para atraer a más público a la nueva atracción. El problema, que "Indominous Rex" resulta ser menos domesticado, su naturaleza es depredadora y posee más inteligencia que los otros dinosaurios, por lo que escapará de su cautiverio para sembrar el terror en el parque...
Jurassic World es una película con muchas luces, aunque también muchas sombras. Un proyecto con un fin clarísimo, volver a sacar los cuartos a los espectadores, y lanzar su habitual campaña de merchandising. Eso que todo el mundo lo tenga claro, y que no busquen debates sesudos sobre ciertas reacciones de dinosaurios, escenas de acción, ni debates moralinos. Porque Jurassic World no le llega ni a la suela de los zapatos a Jurassic Park. Y eso parece que los responsables lo tenían claro.
Fuegos artificiales y 3D a toda mecha para tapar esa peligrosa (y asombrosa) falta de guión. Diálogos y situaciones que no hay por donde pillarlas, la trama avanzando a trompicones sólo salvables por algunas escenas de acción, y sorprende que la película vaya claramente de más a menos, cuando en este tipo de películas de acción debería ser al revés. También sorprende la mala calidad del CGI en algunas secuencias, donde los dinosaurios parecen diseñados en paint, trasmitiendo una falta de realismo inquietante. Y es que es, ante este tipo de películas, donde uno más se acuerda de las glorias del pasado, donde se ponga el realismo de una maqueta, que se quiten los malditos cromas.
A pesar de todo, Jurassic World intenta salvar la papeleta incluyendo un montón de guiños a Jurassic Park: desde camisetas a inGen, pasando por Mr. ADN o doctores del laboratorio. Incluso la bso, esta vez con Michael Giacchino en la batuta creando un score regular, respeta el tema original de John Williams lo llega a incluir hasta varias veces en toda la película, pero sin llegar a emocionar como en la película primigenia. El reparto, aunque se esfuerce, tampoco llega a estar a la altura en ningún momento: Bryce Dallas Howard en plan Jessica Chanstain "de acción", pero sin la fuerza de la pelirroja, un Chris Pratt que de verdad no se que le ve la gente que lo compara con Harrison Ford, por favor, si es planísimo en todas sus películas. Y los niños, pues en la línea habitual, ni chicha ni limoná.
Pero en fín, eso eran otros tiempos mucho mejores. En casa, para quitarme el mal sabor de boca, voy a volver a verme la original, eso sí, sólo, porque mis hijos todavía se acojonan cuando ven el vaso de agua vibrar...
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