domingo, 4 de octubre de 2015

COP CAR

Algunos recordareis que hace unos días os hablamos de Clown, película de género producida por Eli Roth (para los más despistados, podeis leer la entrada aquí). Ahora su director, Jon Watts, vuelve con un thriller mucho más accesible para el espectador, y que, como ya se mostraba en su anterior película, sigue demostrando que no se le da del todo mal esto de hacer películas.

Dos chavales de diez años encuentran, aparentemente perdido y en medio del campo, un coche policía. Empiezan a jugar con él, la cosa va un poco más allá, y deciden darse una vuelta por la zona. Lo que no saben es que se verán metidos en medio de un conflicto del que podrían salir perjudicados…

Siendo sincero, me lo he pasado bastante bien viendo Cop Car, una película que os recordará mucho a aquellas películas de aventuras juveniles, como Stand by Me o el Vuelo del Navegante, donde dos chavales se veían metidos en medio de conflictos más “adultos”. Eso sí, Cop Car tiene el suficiente amor propio como para reducirse a ser una copia o homenaje del subgénero. Tampoco es un thriller demasiado profundo ni retorcido, ya que el desarrollo de la trama se ve venir de muy lejos. Lo realmente bueno de la película es como Jon Watts da forma a un guión tan sencillo.

Y lo hace poniendo la cámara donde otros no la ponen, cuidando la fotografía y los encuadres, y dirigiendo a los dos niños (a Kevin Bacon no le hacía mucha falta) de manera que brillen particularmente, sin ser tan cansinos como lo hizo M. Night Shyamalan en La Visita, ni dejarlos desparecibidos. Ellos son los protagonistas, y aunque podemos deducir que sus vidas no son todo lo felices que deberían, o preguntarnos del por qué van vagando sólos tan lejos de sus casas, sólo nos centramos en lo que es concretamente la aventura. En ese sentido es en lo que más se parece a esas películas de los ochenta.

Para darles el contrapunto, han sabido incluir en el casting a un actor bastante curtido en ese tipo de cine como es Kevin Bacon, que está más que correcto en el papel de comisario, e intenta ocultar por todos los medios la “cagada” de dejarse robar el coche patrulla. La verdad que el personaje le queda en momentos lo suficientemente cómico como para bañar la película de un sutil humor negro, algo que ya apreciábamos en los primeros Coen. Otro punto a tu favor, Jon Watts.

El único punto débil que le veo a la película es un guión algo inestable y que utiliza algo de relleno para cubrir la apenas hora y media de metraje, como si la película fuera un corto o medio y que gracias a ese relleno pasa al formato largo, pero de manera menos eficiente.  Además está un final que parece que está bastante alargado, como si Jon Watts no tuviera claro como poner el punto final. Y eso es lo que deja un ligero mal sabor de boca, ciertamente inmerecido.

No sé lo que será capaz de hacer Jon Watts al servicio de Marvel-Sony con el nuevo Spiderman. Lo que sí se es que vistas Clown y Cop Car, el tipo se ha ganado algo de crédito por mi parte. Una buena dirección y fotografía al servicio de guiones un tanto débiles, pero ambas películas salen algo airosas. 


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