Se cumple el 30 aniversario del estreno de BloodCamp, un clásico slasher de los 80's (en la ficción) y un grupo de amigos acuden a la proyección por varios motivos. Tras un accidente, y sin quererlo, se "introducen" dentro de la película. Su misión ahora será sobrevivir a la amenaza de Billy, el asesino de la película...
Qué grande es encontrarse con películas que se tomen tan en serio a los clásicos slashers de los 80's. Y el que se piense que el tema va de una parodia tipo Scary Movie, o más cachondeo como Tucker & Dale que se vaya olvidando. Porque The Final Girls es un sentido homenaje al género, y más concretamente a "Viernes 13", y eso, como todo, tiene sus pros y sus contras.
El primer punto a favor es el planteamiento de la película como un ejercicio de metacine, es decir, la película dentro de la película. Si para colmo, ponemos a un personaje que es un puro fan que se sabe todos los diálogos de memoria, el tema mejora. Los personajes de Blood Camp son los habituales del slasher, la rubia guapa pero tonta, la chica caliente, el chulito ligón, el negrito más friki, todos lo llevan claro si quieren sobrevivir a la película, pero esa será la tarea de los nuevos habitantes del campamento. Es en esa fusión donde están los gags más hilarantes, como el del teléfono móvil.
Otro punto a favor es un reparto con las suficientes tablas para sacar este tipo de comedia adelante. Desde una Taissa Farmiga que va convirtiendose en estrella del fantástico (Mindscape, American Horror History), un par de buenos cómicos como Adam Devine (Dando la Nota) y Thomas Middleditch (Silicon Valley) o belleza rubias como Malin Akerman (Todo Incluido). Si añadimos una bso con éxitos de los ochenta como Betty Davies Eyes, y la buena planificación de los movimientos de cámara, el conjunto es bastante satisfactorio.
Como punto en contra, y esto va por gustos, son unas "muertes" demasiado limpias y comerciales. Obviamente la productora habrá querido pasar el filtro censurador y mostrar poca sangre, con tal de estrenar la película comercialmente, pero en pleno siglo XXI un poco más de gore en ciertas escenas hubieran ido más que bien. Con todo, la película es para todos los públicos, desde los más fans del género, gente que quiera pasar un buen rato, cuarentones que echan de menos esos slashers tan inocentes, y adolescentes que quieren descubrir un subgénero que a sus hermanos mayores les volvía locos. No dejeis de verla, merece la pena
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