Frank es el solitario propietario de una tienda de maniquíes. Pero guarda un horrible secreto: un extremo fetichismo hacia esas figuras de plástico a las que intenta "humanizar", aunque sólo sea en su cabeza, con las cabelleras de sus víctimas.....
Aunque esta película francesa es un remake de la dirigida en los ochenta
por William Lustig y considerada uno de los mejores "slashers" de la
década, no la voy a valorar comparandola con su antecesora.
Principalmente porque no he visto todavía la de Lustig, pero también
porque considero que esta película tiene tantísima personalidad que no
se merece ninguna comparación con el pasado. Porque su director Franck
Khanlfoun (Parquing 2) ha elaborado una película más que notable.
Técnicamente es superior: para meternos dentro de la piel del asesino,
ha optado por una visión subjetiva rodándola en primera persona, por lo
que la empatía con el protagonista es total (incluso sentimos sus
terribles jaquecas)

La única pega que se le podría poner es que ya se sabe como va a acabar, aunque no se haya visto la antecesora, es bastante predecible.
Mi nota va a ser bastante alta, porque son pocas las películas que estoy viendo últimamente que me hayan atrapado de buen modo, y que además tiene muy buenas escenas violentas. Para más inri, dura poco más de media hora, y eso la hace fácilmente digerible. Obviamente, sube a mi top 5 de éste año junto con Antiviral y Sightseers, esperando con impaciencia los siguientes estrenos, como el de Superman, o de lo que venga en octubre durante Sitges.
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