Como reza el título, voy a dedicar esta entrada a uno de los clásicos del cine de género de todos los tiempos: El Conde Drácula, y centrarme en los tres mejores ejemplos que existen para su comparación, aunque ésta sea algo odiosa, ya que entre ellas dista mucho tiempo en el que el cine siempre ha ido evolucionando. Por eso no me centraré tanto en el nivel de producción, pero si en sus protagonistas.
La primera de todas fue DRÁCULA, producida por la Universal en 1931, dirigida por Tod Browning e interpretada por Bela Lugosi. Es sin duda la más peculiar de ver, porque hablamos de una época donde hacia relativamente poco tiempo, unos 5 años, que el cine sonoro empezaba, por lo que arrastra todavía algunas de las características del cine mudo, como es la exagerada expresión corporal de los actores, a la vez de sus limitaciones a la hora de transmitir verbalmente. Es lo más parecido a una obra de teatro llevada a la gran pantalla, ayudada también por unos decorados demasiado teatrales y demasiados espacios sin acompañamiento musical. Está basada en la novela de Bram Stoker, aunque se permite alguna licencia que luego todos copiarian, como es la que al Conde no le puede tocar la luz del sol. No es exactamente así: si que puede tocarle, pero es cierto que pierde mucha parte de su poder. Pero lógicamente los monstruos asustan más de noche, como el Hombre Lobo o el mismo Conde Drácula
No voy a descubrir nada nuevo si digo que Bela Lugosi era un actor bastante limitado. Aunque su voz era grave y su acento transylvano excelente, hay algo que falla en ese actor, y es la incapacidad de poder transmitir sensación alguna. De hecho, no me extraña que terminara contratandolo Ed Wood
Como rareza comentar que existe una versión integramente en español, con actores latinos, de esta película, y que aprovecharon los mismos escenarios, ya que se dedicaban a rodarla por las tardes, después de que el equipo de Browning terminara de rodar sus escenas. Fue dirigida por George Melford y protagonizada por Carlos Villarias, del que creo que hace mejor papel que Lugosi. Eso sí, el resto del reparto deja bastante que desear.
La Hammer tomo el relevo 27 años y unas cuantas películas después, todas ellas fallidas y nada recomendables, a no ser que seas un fan de la serie B. En HORROR OF DRACULA (aquí se estrenó como Dracula a secas) pone al mando a Terence Fisher, y le da el papel de conde a Cristopher Lee y a Peter Cushing el de Van Helsing. Esta triada será la culpable años más tarde de revisiones de todo el catálogo clásico de monstruos (La Momia, La Maldición del Hombre Lobo, La Venganza de Frankenstein o Las Novias de Drácula).
A Horror of Dracula mucha gente la cataloga como serie B, de hecho, a casi todo el fantástico de esa década se le cataloga de la misma manera. Pero no podemos meter todas las películas en el mismo saco. Éste Drácula, aunque no es fiel al 100% a la historia de Stroker, tiene mucho ritmo y emoción, aparte de momentos sangrientos memorables, y que seguro en su época provocaría algún salto en la butaca. Además, el reparto es magnífico, y aparte de Lee brilla de manera excepcional Peter Cushing como Van Helsing, pero al tratarse los dos de actores muy de método británico, y Fisher que quería dirigir una película más dinámica, se olvidan de darle a Dracula un caracter más misterioso, le despojan de su acento hablando un perfecto inglés, y unos decorados demasiado luminosos.
Tuvieron que pasar 34 años para que ser volviera a parir DRÁCULA de BRAM STOKER. Después de exprimir completamente la figura del conde con subproductos reservados para pases infumables o salidos directamente al formato doméstico, le pasaron a Francis Ford Coppola (El Padrino) el guión de la que se considerará la adaptación oficial de la novela de Bram Stoker. Columbia Pictures apoya el proyecto aportando 40 millones de dólares, nada desorbitado para la época, por lo que Coppola se tiene que ceñir a unos efectos especiales más "manuales" (estamos en pleno despunte del digital, con Terminator 2 y Jurassic Park en cabeza), pero que le van muy bien al conjunto. Sobretodo los escenarios, vestuario, y un excelente maquillaje la hacen ganar varios premios importantes, entre ellos el Oscar.
La historia es bastante similar a la de 1931, basada también en la novela de Stoker, aunque quizás se toma alguna licencia con la historia de amor entre Vlad Dracula y Mina Harker, pero éste hecho tampoco molesta demasiado y le viene bien al conjunto. Francis Ford Coppola sorprende al entregarle el papel principal a un Gary Oldman que ya habia destacado en algún papel en películas pequeñas pero que no había dado todavia el salto al estrellato, eso sí arropado de Anthony Hopkins en el papel de Van Helsing, esta vez bastante más alocado que el de Cushing, pero igual de brillante, quizás el mejor de la saga. La fotografía y la música acompañan al conjunto maravilloso dirigido por Coppola.
No tengo la mínima objección en considerar la mejor de las tres a la más moderna, tanto por producción como por dirección. Ya se que son épocas distintas, y es como comparar un 600 con un Seat León, pero de lo que pecan las dos anteriores es quizás de un desarrollo algo lento para luego terminarlo todo frenéticamente en 10 minutos.
Aconsejo a todos intentar repetir la experiencia que yo he tenido esta semana pasada, no son películas muy largas, excepto la última, y se dejan ver en poco más de una hora.
DRACULA (1931)
HORROR OF DRACULA (1958)
DRACULA de BRAM STOKER (1992)
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