Richard es el creador de un programa de compresión audiovisual generado a partir de un algoritmo gracias al cuál los archivos no pierden nada de calidad. Cuando es descubierto por la gran empresa Hooli (parodia de Google) ésta le ofrece una enorme suma de dinero a cambio del programa. También recibirán una oferta de otro inversor de la zona que le pagará menos a cambio de un porcentaje de los beneficios, lo que le permitiría a Richard tener el control de su producto.
La
decisión es difícil, por lo que Richard y sus compañeros de piso
tendrán que esforzarse para abrirse un hueco en una industria repleta de
emprendedores, pero también de tiburones...
Los personajes son unos inadaptados sociales, ensamblados delante del monitor de su ordenador, escribiendo códigos continuamente. Es por eso que cuando salen a la calle las situaciones son tremendamente graciosas (aunque no es especialmente en los exteriores donde reside el éxito de esta comedia). Es una serie toda de guión, diálogos y reflexiones desternillantes, eso sí, en temas tecnológicos e informáticos, pero que tampoco te hace falta tener un master para poder seguir el hilo.
Parodias a Google, pedradas a Steve Jobs (sólo hace falta fijarse en la imagen que encabeza esta entrada), muy buena BSO diferente en cada capítulo, y cameos de gente más o menos importante en el mundillo. Lástima que no han querido arriesgar mucho en su primera temporada y sólo han rodado ocho capítulos (el piloto es brillante). Resuelve esta ecuación: un hipertimido, un sobrao adicto a las drogas, un satánico, un hindú, un pelota y un cabezón que no se sabe bien lo que pinta, diálogos tronchantes y bastantes puyas punzantes. Eso es: SILICON VALLEY
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