Uno de los hypes de la pasada primavera era el inicio de la 2ª temporada de True Detective, serie que se había llevado cantidad de aplausos del público (aunque menos de la crítica). Nuevos personajes, una historia diferente a la de la anterior temporada, pero respetando algún punto en común. Y es que, como siempre hacen los de la HBO, pocas veces defraudan
Nos trasladamos a Vinci (California), una ciudad donde lo ilegal y la corrupción campan a sus anchas, y donde la aparicion del cadaver de un asesor urbanístico hará temblar los cimientos sobre los que Frank (Vincent Vaughn) tenia previsto construir su futuro imperio. La fiscalía y el FBI se unen en la investigación, reclutando a un detective de dudosa moralidad, una agente de campo del FBI algo particular, y un policía motorizado acosado por el escándalo público...
Echemos un poco la vista atrás y nos daremos cuenta que no existen series "perfectas", tanto Breaking Bad, como Perdidos, Sopranos o The Wire, en todas ellas siempre han habido temporadas sublimes, pero también otras que flaqueaban por algún sitio. Y True Detective no iba a ser menos, que cuesta mantener el nivel es algo que era obvio. Por eso estoy muy en contra de todos los hypes que se generan, tanto en webs como en redes sociales. Pero cuidado, ésto no significa que las temporadas más flojas sean malas temporadas, ni mucho menos. Cualquiera de ellas es, seguramente, mucho mejor que cualquier serie "buena" a la que se enfrente.
Esta segunda temporada de True Detective tenia el listón muy alto, demasiado, debido al gran trabajo del dúo protagonista, a la dirección de Cary Fukunaga, y al guión de Nic Pizzolatto. El cambio de dirección ha sido más que evidente, pero la continuidad de Pizzolatto y el showrunner de HBO garantizaban el mismo estilo visual y narrativo del original. Se ha optado, a mi parecer con buen criterio, a presentarnos una historia diferente a la primera, obviando así el intentar caer en el monotema y en la obvia comparación. Porque, siendo realistas, las dos temporadas no son comparables, por mucho que algunos opinen lo contrario.
True Detective 2 es una historia de corrupción, tanto a nivel financiero como personal, una historia oscura (pero sin los matices esotéricos sureños de la primera) donde tres personajes, ángeles caidos con un turbio pasado, confluyen, cada uno en su camino, con otro tangencial a todos ellos, el personaje mafioso que aúna todos los problemas en los suyos, un caso de homicidio a partir del cuál se nos irá desgranando, de manera muy sutil, la suficiente información para crearnos esa intranquilidad que es el nucleo de cualquier thriller decente al uso. Podría achacarsele a Pizzolatto que el papel de algunos personajes entra dentro de los cánones del thriller policial: el policia alcohólico y drogadicto con problemas familiares (por cierto, enorme Collin Farrell), pero más allá de los tópicos, brillan ciertos personajes secundarios, que casualmente (o no) son mujeres, com Kelly Reilly en el papel de Jordan, que se los come a todos por los pies.
Resumiendo, y evitando spoilers, True Detective 2 no sólo no es una perdida de tiempo, si no que un obligado visionado para todos los amantes de los thrillers pausados y cocinados a fuego lento. Recomendable caer en su atmósfera oscura, deambular por sus laberintos infinitos hasta intentar dar con la salida. Sólo otro achaque, tengo la impresión que Pizzolatto no sabe cerrar los finales, y esta segunda temporada no esta al nivel de todo lo visto anteriormente (como en TD1). Un fallo que lastran el resultado final, pero perdonable
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