lunes, 4 de febrero de 2013

STAKE LAND


Míster es un cazavampiros sin escrúpulos que un dia salva a Martin cuando los chupasangre atacan a su familia. El hombre no duda en adoptarlo como pupilo, y enseñarle todos los trucos del oficio. Ambos tienen un largo camino que recorrer, quieren llegar a Nuevo Edén, uno de los pocos territorios que han quedado exentos de la invasión vampírica......
Película regular, más cercana a lo que seria un telefilm de sobremesa que a una película de festival, como el de Sitges 2010 donde se proyectó. Unos protagonistas más bien planos, un guión del todo previsible, el ritmo bastante variable y una ambientación musical más que sosa. Lo único destacable a nivel técnico sería la fotografía, y ciertos momentos de lucha vampiros vs. humanos. Lo que sí está muy bien es la representación que hacen de los vampiros, aquí más cercanos a sus parientes "zombies": seres putrefactos y deformes, ávidos de sangre (muy del estilo de 28 dias después).
Podriamos definir este telefilm como una road-movie, mezcla entre The Walking Dead y The Road (aquella de Viggo Mortensen). Sobre la primera apreciación es evidente: un grupo de humanos todavía no infectos que intentan llegar a un territorio donde puedan estar sanos y salvos. Su parecido con The Road se basaría en la crítica social que hace: la deshumanización de la humanidad. En EEUU se ha establecido la ley marcial, aparecen cantidad de sectas intentando conseguir nuevos seguidores, empiezan a escasear los recursos primarios, y entre ellos el alimento, por lo que gran parte de la civilización se pasa al canibalismo. Además tenemos a La Hermandad, otra secta cuyo líder asegura haber hecho un pacto con el diablo a cambio de ayudar a arrasar con toda la humanidad, y que pondrá en aprietos al grupo protagonista.

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