Robin (Elisabeth Moss), una detective de policía especializada en menores regresa a su pueblo natal, Laketop, para acompañar a su madre en sus últimos dias. Al mismo tiempo, Tui, hijastra del cacique local Matt (Peter Mullan), intenta suicidarse en el lago, mientras en una zona de la montaña un grupo de mujeres con problemas, lideradas por la gurú CJ (Holly Hunter), acampan en busca de paz y tranquilidad....
Top Of The Lake es la típica serie ubicada en un pequeño pueblo con multitud de secretos, donde todos los habitantes están involucrados en algún extraño suceso, ya sea relacionado con drogas, violencia o incluso asesinatos. Y ahí radica uno de sus puntos fuertes, que nos hará despertar ese espiritu detectivesco que todos tenemos para adelantarnos a los acontecimientos. Otro de los puntos fuertes, sin dudarlo, es una majestuosa fotografía, ayudado eso sí por los magníficos paisajes de una Nueva Zelanda que apenas conocíamos, montañosa, frondosa, pero a la vez oscura y maldita.
Las interpretaciones son correctas, destacando la de los actores principales, ya con algo más de experiencia en series como Mad Men o películas británicas, por lo que nos resultan reconocibles en cierto modo. Tiene un arranque potente y que nos hace esperar lo mejor, todas las cartas quedan encima de la mesa en el primer capítulo, incluso con un pequeño toque "sobrenatural". Luego las historias se van desarrollando durante 6 capítulos más, por lo que la serie no parece muy pesada.
El problema radica en que a la mitad de la serie desaparece todo ese halo fantástico que la rodeaba, que nos hacía pensar que en ese lago había algo, y la trama se convierte en un thriller correcto sobre el abuso de menores. Además arrastra infinidad de subtramas para presentarnos más personajes que no hacen más que desviar la atención, sobretodo tramas fundamentadas para criticar una sociedad machista. Quizás la única salvable es la que se centra en el campamento de las mujeres, un remanso de paz para el idealismo de la mujer, con auténticas supervivientes de malostratos o violaciones, pero a las que le falta quizás una lider mejor definida que la CJ que interpreta Holly Hunter. Da la sensación como si las responsables de la serie se hubiesen visto cohibidas a contar lo que pasa allí, quizás por presupuesto o por falta de tiempo. Cosa de series pequeñas.
En fin, es una serie regular. No llega a aburrir demasiado, pero le hubiera venido bien centrarse en una trama, en vez de dibujar un macromural sobre las sociedades machistas. No es dura ni lapidaria, sino que su truco consiste en hacerlo poco a poco, como una gota malaya, y eso es uno de sus encantos. Otro, sin duda, esos paisajes de la Nueva Zelanda más oscura. No es un thriller aplastante como The Killing, sino que se toma su tiempo, por lo que la recomiendo sólo para esas épocas donde no sepamos que ver, entre temporadas de series más eficientes.
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