domingo, 14 de diciembre de 2014

St. VINCENT


St. Vincent es una tragicomedia de libro, muy recomendable para ese tipo de gente que disfruta de peliculas como las de Alexander Payne (la última Nebraska, por ejemplo). Como buen pupilo y director casi novel, Theodore Melfi se rodea de un reparto excelente al que sólo hay que marcarles ciertas pautas para que saquen todo su talento a relucir. Y es que, si por algo es destacable St Vincent es gracias a las interpretaciones de Bill Murray, Melissa McCarthy, y Naomi Watts.

Vincent es un viejo cascarrabias, alcohólico y jugador, que pasa una mala racha de dinero. Gracias a su nueva vecina, consigue dinero haciendo de canguro de su hijo Oliver. El niño es el típico flojeras introvertido con problemas en el nuevo colegio, pero gracias a la influencia que crea Vincent sobre él, consigue salir adelante, no sólo en el colegio, sino también en la vida...
El personaje de Bill Murray y que da título a la película, Vincent, es el 90% de su argumento. Un antihéroe de más de 70 años atrapado en pleno siglo XXI por el alcohol y el juego, con una extraña relación con una prostituta rusa (muy bien Naomi Watts en el papel), y que ve en su trabajo de niñero una manera de poder mostrarle a alguien lo perra que a menudo es la vida. Un argumento típico ya visto antes en películas como "A Proposito de Smichdt" o "Gran Torino", y que al igual que hicieron Jack Nicholson o Clint Eastwood, Bill Murray sabe sacarle todo el jugo al papel, seguramente porque su estilo de vida no tiene que estar muy alejado al del personaje (eso sí, con unos cuantos billetes más en el bolsillo), y que seguramente le lleve a su candidatura al Oscar como actor principal.

Como decía antes, el resto de los personajes hacen perfectamente su trabajo (como buenos veteranos). Melissa McCarthy en el rol de madre huyendo de un divorcio traumático al que el padre del crío le pide la tutela, y una Naomi Watts ejemplar en el papel de "la Dama de la Noche". El niño muy correcto también, aunque nada destacable que no hayamos visto ya en otras películas con niños de esa edad. La dirección, para ser novel, muy correcta, sin estridencias y sabiendo llevar la linea argumental. Un argumento un poco banal, aunque con un buen giro, pero lejos de las sutilezas que encontramos en otras películas de éste tipo como las de Alexander Payne.
En resumen, St Vincent se deja ver, pero sin estridencias. Una tragicomedia con muy buenos gags y diálogos punzantes, crítica en algunos momentos y demasiado azucarada en otros, sin olvidar los momentos de lagrimilla. Pero que quizás le falte algo más de genialidad en su desarrollo para diferenciarla de otros tipos de películas similares.



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