En una casa abandonada, Kent encuentra un traje de payaso y decide usarlo para animar al hijo de su pareja en su sexto cumpleaños. Tras la fiesta se da cuenta de que es incapaz de quitárselo y su personalidad comienza a sufrir terroríficos cambios, el resultado de una maldición que le convertirá eternamente en un payaso sanguinario si no consigue deshacerse del disfraz...
El director cumple el perfil perfecto en este tipo de películas: experiencia en web-episodes, tv series, y algún proyecto fan, ambicioso pero con pocos recursos, que se pone en las manos de un productor como Eli Roth al que le gusta arriesgar en el género. Toda la pasta en efectos y sangre, porque en el reparto se dejaron poca. Los actores son bastante malos: él cumple lo justito, pero ella está de pena. Menos mal que a medias aparece Peter Stormare para aportar algo de caché.
En resumen, una película ligera para ver en pareja, o en algún maratón de público poco exigente en el cine de terror. Clown la pueden ver hasta los chavales de 12 años sin pasar ningún tipo de apuro. Me recuerda mucho a aquellas películas con las que todos empezamos en el género, que nos pasabamos en vhs a la puerta del instituto. La idea es buena, pero se le nota mucho la escasez de medios.
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