Empezamos con los fugitivos escondidos en los campos de Cordialidad, esperando que pase la tormenta para volver a unirse con sus compañeros de Osadia y plantarle cara a Jeanine. Por su parte, Tris sigue preocupada por la muerte de sus padres, y por todo el daño que puede hacer a aquellos que la quieren, entre ellos a Cuatro. Pero Jeanine encuentra un secreto en casa de los padres de Tris, un mensaje de los fundadores que podría instaurar la paz, de una vez por todas, en la ciudad amurallada...
La dirección es bastante floja, con un ritmo narrativo bastante a trompicones, aunque por lo general, más lento que otra cosa, característico de esas películas que se encuentran en medio de trilogías y que sólo sirven para ir sembrando la semilla de lo que será el desenlace en la siguiente película. Mucho efecto digital aunque tampoco nada destacable como para quedarse con la boca abierta. La música más de lo mismo, ritmos emo para sembrar de astío el alma de las adolescentes, y para que los más mayores nos lleve en volandas a los brazos de morfeo.
Una lástima de blockbusters y explotación de la cultura que se le está dando a nuestros jóvenes. Cierto es que va dirigido mayoritariamente a un público adolescente femenino, y de ahí tanto hincapié en la duda de que hacer con su vida y esos romances imposibles y malas relaciones paterno-filiales. Pero que no lo disfracen de ciencia-ficción, por favor. Un género que se sustenta en pilares como los de Asimov o Phillip K. Dirk no puede ser adulterado con semejante mezcolanza y ñoñería. Chavales, que os quede clarito: ésto no es ciencia-ficción.
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