La verdad que la distribución cinematográfica de este país es para ponerse a llorar. Cada fin de semana hay estrenos de películas ya estrenadas hace dos o más años en otros países. Y si no, hay películas que ni siquiera llegan a estrenarse, como Synedoche New York, que la pude disfrutar en Sitges 2008, y de la que ha salido 5 años después directamente a DVD
Caten Cotard (Phillip Seymour-Hoffman) es un mediocre director teatral que no ha conseguido salir todavía del círculo amateur, por muy mal que a él le sepa. Pero es cuando que le detectan una enfermedad terminal que decide invertirlo todo y crear su obra magna y por la que será recordado. Alquilar una inmensa nave, decorarla como su Nueva York de la infancia, y dirigir una obra que representa todos los momentos de su vida.

Sobretodo Synecdoche es una oda a la estructura narrativa. Aunque también un viaje al mundo del protagonista, al amor y al odio, a su miedo a la muerte, tratado todo con muchísima inteligencia y ningún tipo de banalidad, donde Seymour-Hoffman quizás interprete a uno de sus mejores personajes después de aquél de "La última noche". La película se parte instintivamente en 3 actos claramente diferenciados: un primer acto "realista", donde Coten hace frente a varios problemas personales, el segundo acto, el del desarrollo de la obra de teatro, es increiblemente "surrealista" y una auténtica maravilla, para terminar en un tercer acto completamente "lírico" y denso.
Seguramente no gustará a todo el mundo, y de ahí que no se haya estrenado comercialmente. Es una peli muy difícil y densa, pero a algunos se les ha privado de disfrutarla en pantalla grande y es una pena. Quizás si la película la hubiera dirigido Spike Jonze como en un principio estaba planteado (la historia sale de una conversación entre el guionista y el director) hubiera tenido otro empaque, ya que Spike es bastante más visual y atrevido que un principiante Kauffman.
Aún así, si os gustaron otras películas guionizadas por él, o incluso otra muy parecida en el continente como Magnolia, os encantará. Aunque aquí no hay colofón con lluvia de ranas, el cierre es magnífico. Un monólogo espectacular con él mismo, y al final un silencio roto por una simple palabra.......Muere
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