EL CORREDOR DEL LABERINTO

Siguiendo la tendencia de filmar películas basadas en trilogías que han tenido cierto éxito entre el público adolescente, este año se estrenaba El Corredor del Laberinto. Como sus otras dos competidoras, "Los Juegos del Hambre", y "Divergente", nos presenta a una sociedad futura distópica, aunque esta vez centrada en un grupo más reducido de jóvenes y situada en un marco diferente...

Thomas se despierta en un oscuro ascensor en movimiento. No recuerda quién es, ni tampoco como llegó allí. Cuando "la caja" llega a su destino es rodeada por decenas de jóvenes, que habitan en El Claro, un espacio abierto donde viven primitivamente y rodeado por unos extraños muros, que se abren cada mañana dejándolos entrar en un extraño laberinto. El problema es que una vez los muros se cierran al anochecer, todo el que queda dentro no regresa con vida...

La primera sensación que deja El Corredor del Laberinto cuando la empiezas a ver es que tiene algo diferente que sus otras competidoras: en lugar de las largas intros que nos presentan esas sociedades distópicas, la película va directa al grano y la información se va desgranando poco a poco a medida que avanzan los acontecimientos. Y eso está bien, ya que te deja una sensación de algo novedoso, pocas veces visto, que es el problema que tenía Divergente y la eterna comparación con Los Juegos.
Además, hay otro factor diferencial: los jóvenes no tienen que luchar entre ellos mismos: los habitantes de El Claro tienen un enemigo en común: El Laberinto y los laceradores, monstruos que habitan dentro de él y que son liberados cada anochecer para eliminar a todo el que se quede entre los muros una vez cerradas las puertas.

El problema es que poco a poco mis miedos también se hacian presentes: todo aquel conjunto tan bien presentado se iba a ir al traste por caer en los tópicos de ese tipo de cine. Siendo realistas, más problema mío por crearme falsas expectativas que por la película en sí, a sabiendas de que estaba ante una película basada en una novela para adolescentes. Así que el devenir de los acontecimientos es más de lo mismo: el pequeño Thomas no tarda en convertirse en el macho Alfa del grupo. Incluso hay una elipsis cuando aparece otro personaje en La Caja, pero que no termina de funcionar en la película (en la novela parece que sí) y la película se vuelve muy predecible, incluso los enigmas que aparecen al principio se sortean con una facilidad pasmosa, y ya te deja la sensación de falsos clímax, que es lo que le pasa a este tipo de trilogías: no saben terminar correctamente la película, y toda su trama está más centrada al conjunto que a la película en sí. Un error.

En cuanto al apartado técnico y artístico, al película cumple: el director no lo hace del todo mal, aunque es bastante esclavo del producto original, incluso llegando a escusarse frente a los fans de algunos cambios en la película. Como pega le pongo la poca definición en las escenas de acción, demasiado oscuras y con cambios bruscos de cámara, seguramente para disimular los defectos del cgi.  El reparto no está del todo mal, al menos es creíble, pero vuelve a caer en todos los tópicos: el oriental acrobático, el fortachón es luchador, y el flacucho granjero. En fin, es lo que hay.

Resumiendo, cuando terminas de ver El Corredor del Laberinto te queda una sensación extraña. Has visto lo que parecía en principio una buena película, pero a medida que han ido encajando las piezas del puzzle se va diluyendo su efectivismo. Es como cuando ves el episodio piloto de una buena serie, aunque en este caso no te dan muchas ganas de seguir viendo más, mucho me temo que ya se como acabará.