Tiempo atrás, un asesinato dejó dos niños huérfanos. Las autoridades culparon al hermano, mientras que la hermana creció creyendo que el verdadero culpable fue un antiguo espejo maldito. Ahora, completamente rehabilitado y con veinte años, el hermano está listo para empezar de nuevo, pero la hermana está decidida a demostrar que fue el espejo lo que destrozó a su familia...
Oculus es una película de director, fotografía y montaje. Las interpretaciones son correctas, pero no son lo más destacable del conjunto. El efecto aterrador tampoco estaría en ese protagonista inmóvil que es el espejo ni en los supuestos fantasmas. Hay algo oscuro en todo el conjunto, y es de agradecer que el desgranamiento sea pausado y evolutivo conforme avanza la película. Lo fácil hubiera sido contar primero la historia de los niños y luego la de los adolescentes, con el problema de que vistos los primeros incidentes es fácil que nos avancemos a los hechos y al supuesto clímax.
Es por eso que Mike Flanagan, director, guionista y montador, decide montar las dos historias en paralelo. Conforme vamos sabiendo más de los personajes actuales a la vez nos explican lo pasado con aquella familia. Para eso se ayuda de un montaje muy original, sin necesidad de tirar de los manidos flashbacks ni fundidos en negro. El viaje al pasado se hace instantaneo y a razón de lo que van experimentando los adolescentes. Todo un acierto que hace que la trama mantenga la tensión de una manera brillante.
Los palos vienen a la hora de resolver ciertas situaciones que son totalmente subjetivas. En ciertos momentos se utilizan unos recursos que quizás no esten del todo justificados, aunque a nivel psicológico puedan parecer efectivos. Y el problema es que nos falta un punto de vista exterior para darnos una visión objetiva de lo ocurrido (recordemos que es toda una rememorización de lo vivido por los protagonistas, antes y ahora). Es por eso que nos falta algo de explicación, o que el director nos tire un cuerda donde sostenernos si no queremos caer en el "juego sucio". A ese nivel, la película es algo tramposa y le hace perder unos cuantos puntos.
Pero en definitiva no es una mala película, ni un truñaco rollo Paranormal Activity ni nada por el estilo. Tiene buenas bases más como thriller psicológico algo sangriento que como película de terror en sí. Es un terror muy comercial, del que seguro los expertos no caeremos en su trampa. Pero aún así es recomendable, y ya os adelanto que seguramente alguna secuela caerá también.
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