The Voices es el tercer intento de Marjane Satrapi para convencer al público de que no es sólo la directora de aquella maravilla de la animación que era "Persépolis". Esta vez abandona el discurso más dramático para traernos una comedia negra, con look diferente, pero que quizás no convence demasiado al público más experimentado que espera algo más de la directora.
Jerry es un tipo bastante peculiar. Tiene un trabajo bastante kitsch, una vida "normal" con sus dos mascotas, y un turbio pasado de asesinato. Su único objetivo a corto plazo es organizar una fiesta donde poder intimar con Fiona, un auténtico bombón del dpto de Recursos Humanos de la empresa. Pero ese oscuro pasado ha dejado secuelas en su cabeza, y tarde o temprano, todo saldrá a relucir...
The Voices es una comedia negra que no deja indeferente. Por un lado, el público menos exigente disfrutará con sus gags y situaciones que raras veces se pueden ver en comedias de otro tipo, mucho más correctas y aptas para todo tipo de público. Por otro lado, se encuentran los fans de la directora de Persépolis, que quizás esperaban un toque algo más dramático, y no una comedia tan "ligera".
Porque tras un buen inicio, con una estética diferente abrazando lo "kitsch", y un perfil protagonista poco convencional, la película coge un camino demasiado facilón, dejando poco sitio para la sorpresa. Nada que extrañar, porque viendo un casting que tira muy de lo comercial (Ryan Reynolds, Gemma Artenton o mi queridisima Anna Kendrick) y un argumento que mezcla al Dr. Dolittle con Norman Bates, poco más podíamos esperar de esa mezcla de ingredientes.
A los que no nos gusta tanto Ryan Reynolds (como a mí) terminaremos un poco hartos, porque el actor es el 90% de la película. Su dibujo de personaje con una mente un tanto peculiar, rozando a un Norman Bates con problemas psicológicos, es algo más que histriónico. Hemos visto este tipo de papeles con otros actores que dada su fisonomía, o sus expresiones faciales, lo bordan, como el caso, por ejemplo, de Simon Pegg. Aquí roza el ridiculo como Mark Whalberg en Ted, haciendo un papel parecido
Porque otro fallo de The Voices es la poca presencia de unos secundarios que seguro hubieran dado muchísimo más juego, como es el caso de sus dos mascotas, un perro raza dogo y un gato de mirada maligna. El bien y el mal, el ángel y el demonio de la cabeza de Jerry, que poco se dejan ver. La dualidad del personaje de Ryan Reynolds está poco aprovechada, no hay sitio para ningún giro sorprendente ni nada por el estilo. Todo sigue las pautas de la comedia más vulgar, muy lejos del nivel que alcanzan los ingleses en este tipo de películas.
Es por eso que The Voices se queda en un peligroso termino medio. Ni entretiene demasiado ni emociona. Una comedia que no es tan graciosa como aparenta (o la venden) y que queda como un retrato cutre de un perturbado todo con aires de color de rosa. Los que esperaban algo diferente de la prometedora directora de Persépolis, aunque sea en la fotografía, que se vayan olvidando.
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