viernes, 1 de noviembre de 2013

ONLY GOD FORGIVES


En Bangkok, Julian, un fugitivo de la justicia estadounidense, dirige un club de boxeo tailandés que actúa como tapadera para su tráfico de estupefacientes. Su madre, jefe de una amplia organización criminal, desembarca procedente de Estados Unidos para repatriar el cuerpo de su hijo favorito, Billy: el hermano de Julian ha sido asesinado tras haber masacrado salvajemente a una joven prostituta. Llena de odio y venganza, exige a Julian la cabeza de los asesinos. Julian deberán entonces enfrentarse a Chang, un extraño policía jubilado, adulado por los demás policías. (FILMAFFINITY)

Si alguna película destacó por no dejar indiferencia en el pasado festival de Sitges fue el último trabajo de Nicolas Winding Refn, que sorprendió el año pasado con Drive, una película visualmente magnífica a la vez que con un guión y personajes más que destacables. Pero es que con Only God Forgives el director a vuelto a sus inicios, por lo cuál es una película un poco más difícil de ver, pero a la vez un ejercicio de estilo ejemplar. Más difícil de ver porque el guión es mínimo, aunque tambien prescindible, y me explico: Una historia de venganza, donde un tio sin carisma, presionado por una madre terrible, se tiene que enfrentar a un justiciero implacable. La idea es simple y más simple su factura, los diálogos son escuetos, se dice lo justo, sin rellenar a base de situaciones o speechs innecesarios. El problema, que excepto la madre, el papel del resto de los personajes son más bien planos, no hay un trasfondo donde agarrarse ni justificar sus reacciones. Pero a favor, que aún siendo ese el problema, cuando terminas de ver la película, tampoco te quedas con sensacion de vacío. Le encuentras la explicación a toda la historia y sobretodo al título de la película.....y es que errar es humano, pero perdonar es divino.


Lo implacable de la película es que, a pesar de ese guión simple y esos personajes tan mundanos, visualmente es hipnotizante. Planos supercuidados, donde predominan la oscuridad, el color rojo y los neones. La geometría y simetría de los encuadres hacen que prevalezcan sobre los personajes. Pocas veces tiene uno la ocasión de disfrutar de este tipo de cine tan visual y descriptivo a la vez. De ahí que no importe la ausencia de diálogos, ya que te entra todo el mensaje por la vista más que por el oído. Además, y esto es algo que me encanta, es bastante violento, no en la cantidad de escenas que hay (que tampoco son muchas) sino más bien en que no se corta ni un pelo a la hora de enseñarnos lo que pasa o ha pasado, pero tampoco de una manera gratuita, sino más bien descriptiva. Y para equilibrar toda la experiencia sensorial, te entra por el oido una banda sonora hipnótica y que no desentona en nada con el resto del cojunto. 


En resumen, Only God Forgives es una película que no gustará a las fans del Ryan Gosling de El Diario de Noa o de Cruce de Caminos. No es una película fácil donde el actor se luzca, sino más bien lo contrario. Además, para gusto de sus haters, aquí recibe ostias como panes y queda retratado como un títere sin cabeza. Sin duda la película gustará a los que nos gusta los trabajos más estilísticos, como los de Wong Kar-Wai o el ya desaparecido Stanely Kubrick. Sin duda es una película que si se hubiera rodado en los ochenta la tendriamos todos ya en nuestras estanterias, al lado de El Resplandor, Blade Runner, Terciopelo Azul, In the Mood for love, y otras. 



0 comentarios:

Publicar un comentario