jueves, 24 de abril de 2014

CHEAP THRILLS

Craig, un padre de familia en plena crisis económica, ahoga sus penas en un bar junto a un antiguo compañero de instituto, cuando un desconocido le propone un trato: le dará cierta cantidad de dinero si va cumpliendo una serie de acciones, a cada cual más extraña y violenta. Lo que comienza como un juego terminará en delirio.

Es fácil que bajo esa premisa podamos pensar que estamos ante la típica película de violencia gratuita. Pues no. Cheap Thrills convence en su propuesta, y es más, me ha gustado muchísimo. Porque es un producto mimado que no deja nada al azar, gracias sobretodo a un guión muy bien cuidado que nos muestra la evolución de los personajes muy bien justificada. Y lo mejor, que es tan actual debida a ésta puta crisis que incluso la teoria sobre lo que estarias dispuesto a hacer por dinero no logra escaparse de la realidad.
Sorprendente la primera película del director E.L. Katz, que a pesar de evitar las florituras más visuales, se centraa en otogar muchísimo ritmo a la cinta, por lo que la hora y media que apenas dura se nos pasa volando. No es una pelicula muy coral, sólo hay cuatro actores principales, pero que cumplen sobradamente, y lo que es más importante, otorga cierta credibilidad a la cinta que le va muy bien. Además, sumemosle otro punto positivo vital para este tipo de cine: el humor negro (algo que los brittish explotan a la perfección). Escenas de humor en las que uno no puede evitar reirse ya sea por lo ridiculo de la situación, o por lo bizarro, o por lo que sea.
La verdad es que a su vez, da miedo pensar que existan personas de tal calibre, que por el mero hecho de ser ricos se aprovechen de personas en situación de desgracia, como es el caso de los protagonistas. No obstante, ellos son solo unos meros organizadores del juego, los cuales no obligan a nadie a jugar, pudiendo en cualquier momento abandonar la situación. Quizás su único “pero” es que me hubiera gustado saber más sobre cuales eran sus intenciones reales o el porqué o con qué propósito escogen a estas personas. Quizás se ha llegado a un punto en que conducir un Ferrari, comprar viviendas o pilotar aviones ya no sea “chachi”, siendo la nueva moda de los ricos la de ejercer de jefes del destino o de las segundas oportunidades.

Pero sobretodo, y con esto ya acabo, la moraleja que nos deja es que el dinero, no nos engañemos, es capaz de hacer que una persona en una situación desesperada acabe realizando cosas inverosímiles tales como las que se muestran. Si la situación lo requiere y hay una familia a la que mantener ¿tú lo harías?

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