miércoles, 7 de mayo de 2014

WHY DON'T YOU PLAY IN HELL

El jefe yakuza Muto, cuya hija adolescente Matsuko habia sido de pequeña famosa por un anuncio infantil, busca venganza contra el jefe Ikegami por un intento de asesinato ocurrido hace 10 años y por el cuál su mujer está cumpliendo condena. A su vez, Hirata y su grupo de cine, los Fuck Bombers, siguen esperando la llamada del "dios del cine" para llevar a cabo el proyecto del que hicieron promesa en el pasado. Casualidad o no, los destinos de los yakuzas y los Fuck Bombers se cruzaran en el camino.

Llevaba tiempo detras de la última película de Sion Sono, ese director japonés responsable de peliculas tan geniales como Suicide Club o Love Exposure. Y es que el señor Sono tiene una particular forma de rodar sus películas, sobretodo las más "cómicas" o trash. Ya no es sólo por donde consigue colocar la cámara, sino por sus diálogos, montaje o mezcla de la banda sonora. Para los mas profanos, se podría comparar con un Quentin Tarantino pero muchisimo más pasado de vueltas.

El objetivo del director en WHY DON'T YOU PLAY IN HELL es bastante evidente: homenajear y criticar a toda la industria cinematográfica japonesa, antaño dada a dar grandes maestros del cine clásico (Kurosawa, Myzoguchi) y ahora prostituida a lo más comercial y carente de genios. Es por ello que la película se basa en tres de los pilares más característicos del género japonés: samurais, yakuzas y cine trash, eso sí, todo pasado por esa batidora brutal que es el cerebro de Sion Sono que da como resultado una mezcla de ganster-comedia con una media hora brutal de gore y sangre.
Es sin duda una de sus películas más geniales, y consigue la perfección que ya perseguia en Love Exposure, de la que podria echar para atrás sus casi cuatro horas de duración y una historia seccionada en dos mitades diferenciadas. En este proyecto ha conseguido trabajar un guión en el que se mezclan todos los generos posibles a la vez y sin que chirríe lo más mínimo. Le consigue dar un ritmo trepidante gracias a un montaje vertiginoso, pero también con momentos de pausa donde crea secuencias musicales donde homenajea a los clásicos y se rie de los nuevos. Y unos últimos 30 minutos donde se pone del lado de Kill Bill y rueda el sanguinario asedio a la guarida yakuza (que riete tu de la lucha contra los 88 Maniacos), en el que también saca tiempo para añadir una oda al cine fantástico en contra del cine "real" , es excesivo pero a la vez no consigue desentonar con el conjunto, y que coño, es lo que todos estabamos, de una forma o otra, esperando.
Donde convendría poner tambien el enfasis es en el montaje musical. Sion Sono no se corta en mezclar temas rockeros con, por ejemplo, la Novena Sinfonia de Beethoven. Como ya hizo en Love Exposure, donde utilizaba tambien, en este caso, la Séptima Sinfonia o el Bolero de Ravel. Y es que ya es un sello de distinción del director japonés esas miticas secuencia de luchas acompañadas de música clásica.

Para ir resumiendo, película RECOMENDADISIMA para todos aquellos a los que no les de asco el trash japonés. Y a los más profanos, también, si quieren ver una mezcla de géneros particular, o si les gustó en su dia Kill Bill. Yo de momento es la mejor película que he visto este año, junto con THE WOLF OF WALL STREET, y posiblemente entre tb en mi top25 de siempre

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