domingo, 11 de mayo de 2014

THE MACHINE

Últimamente ha cierto sector de la crítica se le está yendo la olla bajando el listón tanto que cualquier película "decente" es encumbrada hasta lo más algo del olimpo cinematográfico. No se si es ya de puro aburrimiento, o una estrategia de la industria para llevar a la gente a las salas. The Machine no es otra cosa de una película futurista sobre los sentimientos en los robots, vista mil veces antes en películas como Inteligencia Artifical, Yo Robot, o incluso Robocop o Terminator, con la que ésta tiene varios puntos en común. Y en el encabezado tienen los santos cojones de compararla con Blade Runner (yo quiero saber lo que ha cobrado ese tipo por poner eso), total, porque la máquina al final resulta que tiene sentimientos....ohhhh, ¿en serio? no jodas, no me lo habria imaginado nunca.
Inglaterra vive sumida en una Guerra Fría con China. Por esa razón, el Ministerio de Defensa encarga al científico Vincent McCarthy que desarrolle un supersoldado cibernético. Después de muchos fracasos y proyectos con efectos secundarios, parece haber dado con la fórmula: un razonamiento cuántico a base de las experiencias vividas...
Pero siendo honestos, la película es correcta. Independiente, de poco presupuesto, pero muy cuidada, sobretodo en el apartado de los FX's. Del reparto, destacaríamos a Caity Lotz, que curiosamente actúa mejor en su papel de robot que no en el de científica. Él es una vulgar copia de un Hugh Jackman venido a menos, y es bastante limitado, sobretodo en los momentos tan dramáticos. Quizás porque se han gastado casi todo el presupuesto en FX y decorados, han dejado un poco de lado el guión, donde creo que varios temas que pasan al final se tocan sólo de puntillas, también debido a la poca duración. El trabajo de dirección de Caradog James cumple, pero con un aprobado justo.
Pero si lo que querían era hacer una película sobre la relación entre humanos y robots, y los inconvenientes de la supuesta inteligencia de ellos, se podrian haber dejado a un lado tantos decorados y ese entorno tan militar y bunkeriano, abrirla al exterior, dejarse de subtramas conspiratorias, y hacer toda la apuesta en la idea principal, que nos abriera más interrogantes sobre el futuro cercano, como por ejemplo, hacia Her.  No hace falta nada más que hechar un vistazo a capítulos de Black Mirror, por ejemplo, para darse cuenta de que con poco dinero, pero con mucha inventiva, se pueden hacer proyectos bastante más inteligentes que el que nos propone The Machine.

Acojona también que películas de tan bajo nivel que en otros tiempos se estrenarian directamente al formato doméstico (este fin de semana 16 estrenos, algunos de ellos infumables) pasen por delante de cine de mejor calidad. Pero visto lo que está pasando con Ocho Apellidos Vascos, ya no se por qué me extrañan algunas cosas. En fin.

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