viernes, 5 de junio de 2015

FRANKENHOOKER (1990)

Ante el triste panorama actual de cine fantástico, terror o zombie, del que uno sólo puede disfrutar buenas películas actuales en festivales (y a veces ni aún así) o tirando de algún ripeo, algunas noches me veo obligado a tirar de dvdteca. Pero mirandolo por el lado positivo, así tengo la oportunidad de revisar grandes películas que tenía casi olvidadas, de cuando uno empezó en el mundillo tirando de splatters, gore y algo de serie B. La otra noche fue el turno de Frankenhooker, una hilarante película de 1990 con la que me volví a reir muchísimo y disfrutar de algunas secuencias míticas del cine fantástico.

Jeffrey es un joven electricista y aficionado a la medicina algo más particular, que ante el terrible accidente que acaba de descuartizar a su futura esposa, y sucumbido en una fuerte depresión, toma la iniciativa de hacer revivir a su amor. Uniendo las partes que ya tiene de su novia, junto con otras que intentará conseguir de las prostitutas de la ciudad, ¿conseguirá Jeffrey Franken su propósito?

Cuando hablamos de directores de "splatter" siempre surgen nombres como el de Romero (Dawn of the Dead), Peter Jackson (Braindead) o el caso de la Troma (El Vengador Tóxico). Seguramente si os digo el nombre de Frank Henenlotter os sonará bien poco, pero que sepais que el tipo es el responsable de películas claves del género como la saga Basket Case, o esta Frankenhooker que hoy nos ocupa. Un estilo mucho más cachondo, más sexual, mostrando muslamen y pechuga por doquier, el lado más cachondo de la noche, sexo, drogas & gore. ¿Qué más se puede pedir?

Pues quizás sangre a mansalva. Pero es que los recursos limitaban bastante el género a finales de los ochenta, y los directores tenían que tirar de imaginación y algo de cachondeo. En Frankenhooker el plasma es sustituido por explosiones hilarantes, desmembramientos, mutaciones, y una buena dosis de sexo. Seguro que no echareis de menos la sangre. Los diálogos son muy cachondos (el de Jeffrey y su madre genial), y la película va subiendo poco a poco, como la espuma, para convertirse al final en una apoteosis. Y es que incluso el "cutrismo" de los efectos especiales es perdonable. Esas explosiones "crackianas", desmembramientos, o ese momento final mutante tienen el encanto de la artesanía bien hecha, con amor y cariño. Se ve el pegamoide, pero no importa. Mejor eso que una cgi falta de alma.

Resumiendo, que si no habeis disfrutado de Frankenhooker ya tardais. Mejor en compañia, acompañados de algo de alcohol o sustancias "de la risa". Seguro que pasais un buen rato y disfrutais de una película como hacía muchísimo que no haciais. Salud.

1 comentario:

  1. Excelente comedia si no eres Jeffrey. Y si lo fueses... una tragedia monstruosa.

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