lunes, 21 de julio de 2014

EL AMANECER DEL PLANETA DE LOS SIMIOS

Vista la película, cumplidas mis sospechas. Los que esperais un blockbuster espectacular, con una calidad de efectos y fotografía acojonantes, estais de enhorabuena porque vais a ver satisfechas vuestras espectativas. Cine palomitero 100%, con mensaje sentimentaloide y momentos de lagrimilla. Toda la platea en pie aplaudiendo. ¡Bravo! Pero a aquellos que nos gustó El Origen del Planeta de los Simios, porque contenía un guión sólido y una buena idea y desarrollo sobre el conflicto futuro que nos presentaba la magnífica película original de Shaffner, salimos bastante defraudados
 
Han pasado ya 10 años desde que Cesar guiara a los simios a refugiarse en el bosque de secuoias, al mismo tiempo que el virus 113A se extendía por todo el planeta. En todo ese tiempo, sólo 1 de cada 500 humanos ha salido inmune de lo que los expertos llamaron injustamente "el virus simio", mientras que Cesar ha creado un hábitat donde poder sobrevivir junto a los suyos. Tanto humanos como simios viven desconociendo si  el otro seguirá con vida, hasta que un dia una patrulla de humanos se adentra en el bosque para buscar una fuente de energía que les permita seguir viviendo...
Todo y eso, el primer tercio inicial es sublime. Tras un breve prólogo donde nos informan de lo acontecido en La Tierra en esos últimos diez años, Matt Reeves (o mejor su equipo de diseño gráfico) nos enseña como se han asentado los simios en el bosque. Han construido una comunidad que lejos de copiar a la humana como hacian sus películas predecesoras, el equipo de diseño ha elegido diferenciarla cumpliendo el modo de vida de los primates: agarraderas en los árboles, una gran plaza donde viven asentados, o incluso la torre de César. Cada detalle de los simios está cuidadísimo, y el trabajo de figuración sobre los cuatro protagonistas (César, Ojos Azules, Koba y Maurice) es de aplauso unánime. Durante toda esta parte no veremos ni rastro de los humanos.
El problema principal viene luego, cuando aparecen los humanos y se plantea un posible conflicto. Ahí es cuando el guión tiene que demostrar que es fuerte, que sus personajes están profundamente diseñados, con diálogos claros, acciones justificadas, alguna idea original y elementos que soporten esa idea. Pero su aparición es injustificadamente casi testimonial. Poco nos cuentan de como han sobrevivido los humanos, como les ha afectado el caos, y en que estado ha quedado la sociedad. Y uno de los personajes que mejor podría definir ese punto es el de Gary Oldman como jefe del Sector 9, es por eso que se le hecha mucho en falta la más de media hora que está sin aparecer, y en su lugar lo hacen tres pazguatos (el padre viudo, su novia y su hijo) que quieren aportar más sentimentalismo a la historia. Epic Fail.
Otro error es centrar la historia en un conflicto que nos suponemos desde lejos, ya que es un clásico de la civilización humana y animal, y que además se ha visto en pantalla decenas de veces. La eterna lucha entre el racionalismo y la violencia, el ying y el yang, reinar con la cabeza o con el puño, en pocas palabras: El Rey León. Y en eso los simios tienen muchos puntos en común con los humanos. Es por eso que cuando la acción se centra en ese conflicto, la película decae más de la cuenta, y aunque Matt Reeves saque su genio a la palestra, rodando unas secuencias de acción memorables (el simio en la torreta del tanque, por ejemplo) el resultado del conjunto es totalmente previsible.
Resumiendo y haciendo una minilista, me salen más contras que pros para esta película, y es una pena. El poco protagonismo humano hace ciertos elementos cuesten de encajar, el abuso de los clichés de este tipo de películas, y el dejar su éxito en manos de los efectos visuales, hacen que sea una película bastante justita e indigna secuela de El Origen del Planeta de los Simios. A ver si dentro de unos años tenemos suerte y tanto director como guionistas se ponen las pilas con la tercera parte de la trilogía, que supuestamente tendría que enlazar con la original. Crucemos los dedos.

PD a 17/11: vista este fin de semana con la familia, a oscuras y el home cinema a tope, la he disfrutado más que en el cine. Supongo que era la rabia ante la decepción del estreno. He querido rectificar la entrada, pero no puedo, ya que le sigo viendo los mismos fallos en la concepción de la historia. Pero es verdad como espectáculo hay pocas películas que la superen este años (de momento Interstellar) y las dos horas y pico pasan volando. A la familia le ha encantado, y a mí me empieza a pasar lo que ya me pasaba con Rompe Ralph: cada vez que la veo me gusta más.

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