viernes, 26 de junio de 2015

WE ARE STILL HERE

Que el género de terror está viviendo una segunda edad de oro es algo que salta a la vista. Después de casi una década de trabajos infumables, la aparición de nuevos directores, a los que se les nota que han crecido viendo muchos clásicos, aportan un aire fresco al género que hacen que las productoras apuesten por ellos. Aunque en muchos filmes se note la falta de presupuesto no es algo que moleste demasiado. Muchas veces es mejor la idea que el cómo llevarla a cabo, y casi todas las películas que apuestan por la primera opción siempre salen airosas.

Anne y Paul Saccheti deciden mudarse a una pequeña casa en las afueras, huyendo de los recuerdos de su hijo, recientemente fallecido en un fatídico accidente. Empezar de cero es lo que pretenden, pero hay algo en la casa que les recuerda su presencia....Para colmo, se enteran de una antigua maldición que amenaza la casa, y es que cada 30 años los fantasmas de los antiguos propietarios aparecen para clamar venganza...


We Are Still Here es una película que rezuma género por los cuatro costados. Su director novel, Ted Geoghegan, apuesta por una mezcla de estilos poco habitual en este tipo de producciones. En un principio, recuerda (y muchísimo) al malrrollismo de El Resplandor, mediante el recurso de multitud de planos exteriores de la casa nevada, o de sotanos malditos. Poco a poco, va cogiendo los tintes del típico cine de poltergeist, aportando nuevos actores en escena (la típica medium, o el vecino misterioso). Lo mejor lo dejan para el final y hará las delicias de los fanáticos del gore (no así de los del terror más psicológico) ya que el desenlace, aunque poco sensato con lo que habíamos visto durante una hora de metraje, se abraza al género más salvaje, y añade casquería, hemoglobina y mucha mala ostia.

El resultado, sin ser superlativo, nos deja buen sabor de boca, que no es poco. Gracias, sobretodo, a que durante toda la película el director consigue transmitir un aura de malrrollismo que no decae en ningún momento, y esa ambientación a clásico ochentero (está ambientada en 1979). En el reparto sobresale claramente Barbara Crampton, musa tanto del género antiguo (ReAnimator, ReSonator) como del más moderno (You're Next, The Lords of Salem), que es capaz de que toda esa inquietud consiga llegarte a lo más profundo. La acompañan otros clásicos del género, como Andrew Sensenig, Lisa Marie y Larry Fessenden, todos muy acordes con la trama menos el último, que nos ofrece el lado más histriónico y que inicia el desenlace.

We Are Still Here no os hará perder demasiado tiempo, dura poco menos de 90', y aunque se echa algo de menos el profundizar algo más en la vida pasada del matrimonio, quizás con más minutos hubiera pecado de lenta. El maquillaje y los FX está a la altura de la producción, resultando reales y huyendo del exagerado cgi. Desde luego, es mucho mejor éste tipo de películas que cualquier fatochada que pueda salir de la factoría de Paranormal Activities. Disfrutadla, vale la pena.


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