miércoles, 29 de julio de 2015

PIXELS

Es verano y las salas se abarrotan de propuestas para todos los gustos, entre superhéroes, animación, terror adolescence, o comedias algo locas. En este género cómico Adam Sandler intenta moverse como pez en el agua (a mí la verdad, que ni fú ni fá). Pero hay que reconocer que el tio no cae mal, y que arropado con buenos secundarios, sus películas mejoran.

Unos extraterrestres malinterpretan las imágenes de las máquinas recreativas como una declaración de guerra y deciden atacar la Tierra, empleando dichos juegos como modelos para el asalto. El presidente de EEUU, Will Cooper (Kevin James), recurre entonces a su gran amigo de la infancia y campeón de las maquinitas de los años 80, Sam Brenner (Adam Sandler), quien actualmente trabaja como instalador de sistemas de home cinema, para encabezar un equipo de expertos jugadores de su época (Monaghan, Dinklage y Gad). Su misión será derrotar a los alienígenas y salvar al planeta.

He oido y leido todo tipo de críticas, a favor y en contra, y sólo se me ocurre una pregunta....¿de verdad alguien se toma ésta película en serio?. Es puro entretenimiento para jóvenes gamers (y no tan jóvenes), donde lo más destacable es cuando Chris Columbus, su director, se dedica a rememorar grandes películas de su filmografía (sobretodo al principio) y tira de libreto presentandonos un producto puramente juvenil, pero como homenaje a todos aquellos que crecimos en los salones recreativos de nuestras ciudades.

En ese sentido la peli está muy bien: montones de gags, unos buenos secundarios, y Adam Sandler con esa cara de estar haciéndose viejo pero que sigue encasillado en papeles de viejoven que se niega a envejecer. Si nos tomaramos en serio la película no habría por donde cogerla, diálogos más que absurdos, situaciones penosas, y el guión más flojo que me haya tirado a la cara en lo que va de año. Y es que cuando Pixels se quita el disfraz ochentero para mostrarse como pelicula de acción del siglo XXI, es muy predecible y aburre de lo lindo.

Resumiendo, que dejándote el cerebro aparcado junto al coche, y disfrutar de un cubo de palomitas junto a tu familia y amigos es lo mejor que puedas hacer a la hora de enfrertarte a la película. La disfrutarás como nosotros hicimos, gozarás del prólogo "made in Columbus" y te reiras como un pequeño de 10 años con su enorme cantidad de chistes malos. De otra manera, la experiencia sería penosa.

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