domingo, 19 de julio de 2015

DEL REVÉS (INSIDE OUT)

En casa, cualquier estreno de Pixar, Disney, Dreamworks o Sony siempre son un acontecimiento (consecuencia de tener dos hijos) y una oportunidad para ir al cine en familia. Pero si algo esperamos los mayores, son los estrenos de Pixar. Ellos son los que más se acercan al público adulto, aunque la película sea aparentemente infantil. Saben tocar la tecla del gusto paterno y de sus emociones. Y con Del Revés, lo han vuelto a hacer. Bravo!

Riley lleva una vida normal en Minessota: quiere a sus padres y amigas, juega al hockey divinamente, y le encanta hacer payasadas. Desde su nacimiento, en su cabeza se han sentado las bases para la felicidad más absoluta, ya que Alegría conseguía predominar sobre Tristeza, Ira, Miedo o Asco. Pero la familia se tiene que mudar a San Francisco, ya que al padre le han ofrecido un buen trabajo, y Riley no lo encaja del todo bien. Poco a poco, Tristeza se apodera de sus pensamientos. Pero un incidente dentro de su cabeza, donde Alegría y Tristeza abandonan el centro de mando, se convierte en toda una odisea para el mundo de Riley, sumiendola en una grave depresión. Todo se solucionaría si Alegria volviera al centro de mando....¿pero podrá conseguir volver junto a sus compañeros?

La verdad que hacer una sinopsis un poco escueta sobre la película es un trabajo complicado para un adulto, que siempre estamos buscándole los tres pies al gato. Y es que, después de ver la película y comentarla con mis pequeños, me queda más claro que ellos lo tienen muchísimo más claro que nosotros, en cuanto al terreno emocional. No os engañeis pensando que es la típica película de merchandising de la Disney. Echad la vista atrás, acordaos de Toy Story, Monstruos S.A., Nemo, Up!, y todas esas grandes películas de la lista de la Pixar....y disfrutad.

Porque a los mandos del proyecto vuelve ese cerebrito especial que es Pete Docter (Monstruos S.A. y Up!) y nos vuelve a deslumbrar con una película con tintes adultos pero con vestidito infantil. Pocos guionistas y directores más saben hacerlo con esa maestría, explicarlo de una manera que llegue perfectamente a todos los públicos. Esa calidad narrativa rara vez se da en películas de adultos (dos o tres veces al año), y es que el guión es un torrente de ideas perfectamente hilado para que no se quede nada al libre albedrío. El tempo es simplemente perfecto, las descripciones de las emociones, los recuerdos pasados, la unión entre exterior e interior, todo sucede de la manera justa, y hará que cuando llegue el final pidas más, porque entre otras cosas, se te ha hecho corta.

Técnicamente poco que añadir. La animación lleva unos años que no deja de sorprendernos. La calidad de las texturas, de los fondos, el contraste entre grises y colorido, el brillo de las emociones, todo está perfectamente reflejado en la pantalla. Y para colmo, en la batuta, repite un Michael Giaccino pletórico, dejando aquí las fanfarrias y trompetas para centrarse en una música más cálida, a base de melodias de piano, que te abrazan en los momentos más tiernos, que parece que te apriete para sacarte las lágrimas, pero que te empuja en los tensos, haciendote saltar de la butaca, tal como hacía John Williams con Spielberg. Y no creo que haya mejor elogio que ese

Del Revés tiene muchos golpes maestros que harán que no nos cansemos de verla, igual que pasaba con Monstruos S.A. Porque cada nueva vez seguro que sacaremos alguna interpretación más. El mensaje en principio es claro, pero aquellos que nos gusta leer entre líneas es toda una delicia. Una película que además de explicarte sobre las emociones, sabe caminar junto a las tuyas durante todo el metraje. Y es que cuando a más de la mitad de la platea se le escapa una lagrimita en algún momento, es que algo sucede en la pantalla, y dentro de tí.

Pixar ha vuelto por la puerta grande, y merece que todos le hagamos la ola. Los Minions están bien, pero es un cine mucho más plano y predecible. Los Dragones, más de lo mismo. Pero Pixar siempre será Pixar, aunque Disney prostituya mucho de sus ideas con sagas innecesarias que sólo miran el bolsillo del espectador (Cars 2, Aviones 2, Monstruos University). Disney tiene que hacer, como hizo en Rompe Ralph o Frozen, coger lo bueno de Pixar, apoyarse en John Lasseter, y crear universos propios en los que grandes y pequeños nos guste sumergirnos. Ese es el camino que abrió la compañia del flexo con Toy Story, y no nos cansamos nunca de sus estrenos. Bravo otra vez!


1 comentario:

  1. Totalmente deacuerdo con tus apreciaciones, Docter y el equipo de Pixar han vuelto a crear una gran producto lleno de sensibilidad, de emociones y de técnica.
    A nosotros nos encantó y la disfrutamos desde el corto (genial también) hasta los créditos finales.

    Hemos Visto

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