viernes, 28 de febrero de 2014

DALLAS BUYERS CLUB

 

Basada en la vida real de Ron Woodroof, un cowboy de rodeo texano, heterosexual, drogadicto y mujeriego, al que en 1986 le diagnosticaron SIDA y le pronosticaron un mes de vida. Empezó entonces a tomar AZT, el único medicamento disponible en aquella época para luchar contra tan terrible enfermedad, y al ver que no funcionaba y sus efectos secundarios eran terribles, optó por buscar una solución, aunque para ello se tuviera que pelear con la FDA (Food & Drug Administration)


Dallas Buyers Club es la típica película que, a pesar de ser una propuesta acertada, carece de alma por culpa de no saberse posicionar. Está rodada de una manera que intente agradar a todo el mundo, y desgraciadamente se queda en el intento. Se tocan temas como el rechazo social al que queda expuesto un enfermo de SIDA, el machismo y la intolerancia a todos aquellos que sexualmente sean diferentes, y el control que ejercen varias empresas farmacéuticas sobre la FDA. Se toca todo y no se toca nada.


La película está bien rodada, tampoco sin muchas florituras y carente de un guión que mantenga con pulso una trama concreta. El fallo principal es que la fuerza de la película recae en el excelente trabajo de sus actores: un Matthew McConaughey sublime y demacrado, y un Jared Leto camaleónico, que si bien no es su mejor papel en una película, sin duda lo ha vuelto a poner en la palestra. Pero la historia no consigue conectar por culpa de unos saltos temporales que no ayudan a empatizar con el protagonista. Todo el relato expuesto en el primer tercio de manera ejemplar se queda nada ante un salto temporal de 6 meses donde la historia toma un caliz totalmente diferente. Además, una vez constituido el club que le da nombre a la película, esta pasa a ser algo monotona y repetitiva, quedandose al margen de todo lo que sucede en ese pequeño apartamento.


Dallas Buyers Club es una película para lucimiento de su reparto. Poco queda de aquél Jean-Marc Valleé que sorprendió con su anterior C.R.A.Z.Y. Una película que se deja ver, que huye de la lágrima fácil como también rehuyé de enfrentarse a temas más interesantes, como la relación entre la pareja protagonista o el enfrentamiento con la FDA. Siendo algo injustos porque no me gustan este tipo de comparaciones, pero que en este caso ayuda a identificar la película, Dallas Buyers Club seria como un mezcla entre Erin Brockovich + Philadelphia + Harvey Milk.

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