domingo, 28 de septiembre de 2014

HONEYMOON

Da gusto comprobar como el cine de género va cogiendo cierta evolución con la aparición de nuevos directores, que lejos de quedarse estancados en las ideas de siempre, intentan seducir al espectador con nuevas fórmulas de narrativa y efectivimismo. Un claro ejemplo es Honeymoon y su directora, Leigh Janiak, que consigue crear con sólo dos personajes una historia de scifi-terror bastante cercana y cautivadora 

Beatrix y Paul van a pasar una austera luna de miel en una casa de Canadá propiedad de los padres de ella donde antiguamente pasaban los veranos. Pero una noche Paul encuentra a Bea desorientada por el bosque, y a partir de ese momento su comportamiento es extraño, por lo que empieza a sospechar que lo que le ocurre a su mujer es algo más que sonambulismo...
No hay nada más efectivo que llevar el terror a unos límites que el espectador considere cercanos, y que hay más cercano que llevarlo a la vida en pareja? A la desconfianza del uno con el otro tras un ataque de celos?. Y Leigh Janiak sabe hacerlo, enseñandonos no sólo el calvairo que vive Paul, sino también el como Bea prepara sus excusas y mentiras para rechazarlo. Y eso nos extraña, porque durante media hora asistimos a una muestra pegajosa de lo que es la vida de unos recién casados, edulcorada en exceso de besos, folleteo y paseos en barca. Pero es que esta primera parte es necesaria para poder resaltar el cambio que sufre no sólo Bea, sino también Paul: ella cada vez más huidiza, y el rozando la paranoia, y para terminar en un desenlace que para mí ha sido de lo más sorprendente, homenajeando a uno de los clásicos del cine scifi (es lo bueno de ver películas "a ciegas", es decir, sin haber leido nada antes sobre ellas)
La pareja protagonista le sonará a más de algún aficionado a las series, ya que Rose Leslie es la Ygritte de Juego de Tronos, y Harry Treadaway fue Victor Frankenstein en Penny Dreadful. En Honeymoon vuelven a clavar sus roles, haciendo un trabajo realmente efectivo. Leigh Janiak también sabe rodar con la pausa necesaria y con un misterio que poco a poco nos va atrapando, no es muy de florituras, pero sabe aprovechar el espacio muy bien, enseñandonos los rincones de la casa, y tampoco se corta a la hora de mostrarnos las escenas algo más "gore".
Resumiendo, que Honeymoon ha sido toda una sorpresa a tener en cuenta este año. Una película fácil, intrigadora, y que homenajea  a aquel cine de cabañas en el bosque, pero que sabe adecuarlo a los tiempos actuales para que no sea más de lo mismo. Quizás un poco lenta en su desarrollo primario, pero el cine de género está buscando la renovación y se agradecen este tipo de esfuerzos.


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