domingo, 11 de enero de 2015

STARRY EYES

Es interesante el cambio que está sufriendo el cine de género, antes tan volcado en innovar, con más fracasos que éxitos, otras en copiar fórmulas exitosas en sagas de dudosa calidad. Ahora han aparecido una nueva generación de directores noveles a los que no les tiembla el pulso en recuperar las fórmulas que tanto éxito dieron al género en los años 80's. Empezó Ti West con películas como The House of Devil, y ahora aparecen otros como David Robert Mitchell (It Follows) o Jennifer Kent (The Babadook), dos de las mejores películas que pasaron por Sitges 14 y que podreis disfrutar este año en los cines. Entre medio de estas dos, colocariamos a Starry Eyes, una película no muy novedosa, pero que sabe jugar bien sus cartas en pro del buen cine de serie B

Sarah Walker persigue el sueño de cualquier aspirante a actriz en Hollywood: mientras trabaja a disgusto en un restaurante de Los Ángeles no tiene éxito en las audiciones que se presentan, lo que le lleva a estados de estrés casi traumáticos. Pero un día, tras una curiosa audición, recibe una curiosa oferta de una misteriosa productora de cine de género. ¿Hasta dónde estará dispuesta a llegar Sarah con tal de conseguir el papel protagonista que le ofrecen?

Se nota bastante el bajo presupuesto de Starry Eyes, sobretodo en el apartado técnico. Iluminación y fotografía son tratadas de una manera muy indie con cierto aire ochentero. Pero a su favor cuenta con varios factores que la hacen bastante interesante: el primero, sin duda, su actriz protagonista Alex Essoe, que borda un papel con muchas facetas, desde la más amable hasta la desganada, de la belleza exhuberante a la locura más inmediata. Y ese es uno de los puntos fuertes de la película, una verosimilitud que consigue traspasar la pantalla. Otro de sus puntos fuertes son los temas que toca. Bastante cercanos y críticos, sobretodo con la industria cinematográfica a bajos niveles, donde es dificil hacerse con un hueco, y estan las casas llenas de aspirantes a actores y/o directores, viviendo a la sopa boba. Es por eso que Sarah quiere escapar de ese estilo de vida, de las envidias hacia sus compañeras, y el de burbujas rellenas de fantasias profesionales. Y como si de Fausto se tratase, acepta un trato especial con una productora de carácter fantástico.

Y aquí aparecerá ya la trama fantástica, una mezcla de ese nuevo estilo que marcaron películas como Tanatomorphose, la de una transformación hacia la putrefacción, batiendolo junto a la tipica historia de venganza. Violencia y pobredumbre en una media hora final de mucho nivel, y que consigue mejorar mucho una película que en su tramo intermedio había decaido bastante, aunque necesario para justificar todo lo que ocurre después. Y para enriquecerlo todo, una banda sonora muy ochentera, al Carpenter's style, osea, muchos colchones sintéticos, bajos gruesos, y percusión digital. Muy buen acompañamiento.

Resumiendo, que Starry Eyes seguro no llegará a salas comerciales. Es un tipo de cine más apto para los amantes del género, destinado a festivales (se pasó en Sitges y en Molins), y donde seguro los fans descubriran muchos puntos de unión con otras películas clásicas del fantástico. No es imprescindible, pero muy agradecida de descubrir, ante tanta parafernalia comercial insustanciosa

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